La Málaga musulmana

De la capital a los pueblos blancos; del interior a la Axarquía, descubre la herencia de la cultura islámica en la provincia

Te invitamos a una ruta por la provincia de Málaga desde el prisma de la cultura islámica., empezando por su capital, Málaga. Murallas, la Alcazaba, Gibralfaro, la Coracha que unen Alcazaba y Castillo, la puerta de las Atarazanas… Una ciudad que cuenta con numerosos vestigios de Al Ándalus, y que podemos rematar con sabores de esta cultura, con alimentos al estilo halal.

A 30 kilómetros también podremos descubrir uno de los pueblos con mayor respeto a la arquitectura y urbanismo musulmán: Mijas es una población acurrucada en la Sierra homónima, que tras el paso de turdetanos, fenicios y griegos, fue conquistada por los musulmanas en el año 711. La muralla árabe, cuyos restos hoy componen el santuario de la Virgen de la Peña y un maravilloso mirador, es uno de los vestigios del paso de la cultura islámica por Mijas. Anímate a descubrir Mijas más allá del famoso burro-taxi.

La provincia malagueña tiene aún más rincones por descubrir que conectan con el modo de vida de la cultura musulmana. Al oeste se halla el precioso pueblo blanco de Casares. Asentado sobre dos cerros y su hondonada, su propia configuración urbana de origen musulmán es ya de por sí un importante atractivo para el turismo. La singular belleza de Casares propició que fuese declarado conjunto histórico-artístico desde el año 1978. Su fortaleza, la base de la iglesia de la Encarnación y su torre mudéjar son algunos de los atractivos arquitectónicos, que pueden ser aderezados por un taller de elaboración de queso artesano, para darle sabor a la visita.

En el año 713, Ronda es entregada a un jefe bereber, tomando el nombre que hoy le hace universal Izn-Rand Onda (la ciudad del Castillo). Los baños árabes son uno de los más importantes de la Península Ibérica. Pueden ser de los siglos XIII-XIV, y está estructurado de acuerdo con el concepto romano, en tres zonas: de baños frío, templado y claiente. Su conservación es tal que aún resiste el área de calderas en donde se calentaba el agua. El edificio está cercado con un muro de arcos ciegos, que forman el acueducto, y tiene una torre al fondo con una caja de noria. La visita a esta ciudad puede rematarse con una visita en torno a la cultura del toro bravo.

Teba es otra de las localidades clave de la Málaga musulmana. Hay yacimientos como el de Nina Alta, y edificios como el Castillo de la Estrella, que es el más grande de la provincia, junto al de Bentomiz en la Axarquía. Hablamos de 25.000 metros cuadrados de superficie y dos recintos amurallados, de los que hoy quedan vestigios. El exterior se adaptaba al terreno, tenía barbacana al noreste y disponía de 18 torres, todas cuadradas excepto una circular situada al noreste y otra octogonal albarrana al norte. Las murallas son de época almohade (ss. XII- XIII), aunque la Torre del Homenaje y los restos de la primitiva iglesia son de época cristiana.

Antequera es el siguiente destino en este viaje por la Málaga en Al Ándalus. La llamada entonces Medina Antakira era una importante ciudad fronteriza. Para defenderse de las tropas católicas se construyó la Alcazaba de Antequera, siendo su torre más importante la del Homenaje. Antequera también tiene mucho que enseñar de su pasado islámico, aunque su fama haya trascendido por las maravillosas iglesias barrocas.

Cerca de Antequera, al otro lado de la Peña de los Enamorados, está Archidona: la Arsiduna árabe, conquistada por los musulmanes entre 711 y 713. El Cerro de Gracia conserva aún una muralla a la mitad de la ladera y el castillo sigue mostrando sus restos en lo más alto, junto a un aljibe. Pero lo más valioso de los restos es el propio Santuario de la Virgen de Gracia, la patrona, completada respetando buena parte de una mezquita, que aún se deja ver el muro de la quibla, las columnas y el alminar. Una verdadera joya sin igual en la provincia de Málaga.

El paseo por la Málaga musulmana terminará en la Axarquía. Vélez-Málaga, o Ballis, fue una ciudad próspera del oriente malacitano, con alcazaba vistosa y preeminente y barrios como San Francisco o el de la Villa. En San Francisco se conservan restos de un alminar.